Abogados de accidentes robóticos: lo fácil
Hay un nivel al que es fácil hacerlo. En efecto, no es difícil hacer robots abogados de accidentes similares a los que ya hay, a los que se les puede poner una toga. De hecho, incluso podrían «tener grabada» la legislación española al completo. Ni siquiera sería complicado que interactuase con seres humanos o con robots fiscales y que dijera cosa como «con la venia señoría». Sí seguramente eso no es demasiado complicado de realizar, tal y como estamos en la actualidad.
Abogados de accidentes robóticos: lo complicado
Algo que nos resulta más complicado de pensar es que los abogados de accidentes robóticos del futuro posible sean suficientemente creativos como para representar a alguien y defenderlo en un juicio. ¿Cómo de creativos serían al argumentar? ¿Sabrían hacer las preguntas correctas a los acusados, testigos, etc.? Lo difícil, por supuesto, es esto último. Hasta cierto punto, una máquina con la capacidad de distinguir argumentos correctos de los incorrectos podría ser fácil, si bien cometería errores bien importantes que los humanos no cometemos. Por ejemplo, podría sorprender a todo el mundo con un argumento formalmente correcto, pero cuyo contenido es absurdo como este:
Premisa 1: un hombre cambia una bombilla en dos minutos.
Premisa 2: 100 hombres trabajan cien veces más rápido que un solo hombre.
Conclusión: 100 hombres cambian una bombilla en 1,2 segundos.
Desde el punto de vista de una máquina que combina símbolos (así se conciben a las máquinas inteligentes) este argumento sería esgrimible, puesto que es formalmente válido. Desde el punto de vista de un ser humano, este argumento es válido, pero es absurdo atendiendo a su contenido. ¿Se imaginan un juicio de abogados de accidentesrobóticos en los que los robots esgrimieran este tipo de argumentos? Sería divertido.
Pero si el tema de la argumentación plantea estos problemas, ¿qué tipo de cómputo ha de hacer un abogado-robot para hacer una pregunta acertada? La verdad es que no se nos ocurre.