Cuando una persona sufre de perdidas importantes, tienes derecho a realizar una reclamación de indemnización por daños y prejuicios. Pero ¿A que nos referimos con esto?
¿Qué es el daño? Por daño se entiende que es la perdida sufrida en el patrimonio por falta de cumplimiento de una obligación.
¿Qué es el perjuicio? Por perjuicio se entiende que es la privación de cualquier tipo de ganancia licita, que debía hacerse obtenido al cumplirse la obligación.
Es cuando la victima (acreedora) puede exigir a su deudor cierta cantidad de dinero por el daño que este le haya causado. La parte deudora tiene la obligación de cumplir con ello. Ya sea un daño o perjuicio, estos, ambos afectan o repercuten directamente el patrimonio de la pare acreedora.
El Art. 1106 ,Código Civil, menciona: «La indemnización de daños y perjuicios comprende, no sólo el valor de la pérdida que hayan sufrido, sino también el de la ganancia que haya dejado de obtener el acreedor (victima), salvas las disposiciones contenidas en los artículos siguientes».
Los daños que pueden derivar debido a esto son:
Daño emergente
- Basándonos en el articulo mencionado, el daño emergente es entonces: el valor de la perdida sufrida por el acreedor (victima), por lo que se debe valorar la prestación no realizada.
Lucro cesante
El lucro cesante se puede definir como la ganancia que deja de percibir la victima. Por causa del incumplimiento contractual o bien sea un cumplimiento con defectos.
Requisitos para la indemnización de daños y prejuicios
- Incumplimiento de la obligación imputable al deudor, pues la ausencia de culpabilidad del deudor le exime de responsabilidad.
- Imposibilidad de cumplir la obligación de otro modo distinto a la entrega del equivalente pecuniario.
- Deben existir daños y perjuicios en el patrimonio del deudor.
- Los daños y perjuicios han de ser causados como consecuencia del incumplimiento del deudor.