La hipnosis de carretera o como es llamada comúnmente: “Fiebre de la línea blanca”, se trata de un estado mental en el que una persona conduce su vehículo por distancias extensas, pero sin tener plena conciencia de que lo está haciendo. En medio de este estado, el conductor puede reaccionar de forma pertinente incluso ante situaciones externas, pero sin recordar lo que ha hecho.
Algunos especialistas en la materia describen a la hipnosis de carretera como un estado de ausencia; en éste, la persona pareciera estar dormida, incluso si tiene sus ojos abiertos. En todo caso, se trata de una situación que es expresión de un proceso inherente a la automaticidad.
Aunque parezca una situación muy extraña, resulta muy común, y puede suceder durante diferentes momentos de la vida de una persona. En este sentido, cuando la hipnosis se presenta, por ejemplo, mientras se está participando en una larga y tediosa reunión, no representa ningún peligro para quien la está viviendo. No obstante, si ocurre mientras la persona está manejando un vehículo, sus consecuencias pueden llegar a ser no sólo peligrosas, sino hasta fatales.
¿Cuáles son las causas de la hipnosis de carretera?
Cuando se realizan tareas o actividades de forma rutinaria, el cerebro humano ejecuta de manera mecánica, la ruta y las acciones que hacen posibles las mismas. Sólo desde esta estrategia, logra ser más eficiente y economizar esfuerzos en el trabajo que está procesando. Como consecuencia, la persona es capaz de llevar a cabo varias acciones al mismo tiempo, y además, de manera satisfactoria.
Específicamente en cuanto a la conducción de vehículos, las personas al contar con experiencia en ello suelen ser diestras en la ejecución de determinadas tareas de forma automática. En este sentido, cuando una vía es muy conocida por quien va frente al volante, el patrón de conducción se hace predecible, ya que los cruces, las señales de tránsito, e incluso los baches de las carreteras, se conocen a la perfección.
Por este motivo, el conductor requiere de poca concentración para continuar su camino de manera adecuada, y por tanto, maneja de forma prácticamente autómata.
En casos como el antes descrito, y según el punto de vista de especialistas y expertos en la mente humana, el subconsciente de la persona realiza una operación, mientras su consciencia está ejecutando alguna otra. En situaciones como éstas, por ejemplo, la persona se ocupa simultáneamente de la acción de conducir un vehículo a la vez que se habla por el móvil.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la hipnosis de carretera?
Tanto para la psicología como para los expertos en tráfico, entre las causas principales de la hipnosis de carretera, está la circulación por trayectos habituales o aburridos; con un paisaje muy uniforme.
Otra condición identificada es que, al conducir con fatiga, sueño o debilidad, nuestro cerebro reconoce que estamos cansados fisiológicamente y, en consecuencia, la información que recibe de forma consciente, se percibe alterada.
Asimismo, que un conductor vaya solo en su vehículo, constituye una situación relacionada de manera frecuente, con el surgimiento de la hipnosis de carretera.
Por otra parte, la conducción de vehículos durante la noche puede incrementar la posibilidad de sufrir hipnosis de carretera. La poca visibilidad de las líneas de la vía, así como el ambiente sosegado, característico de las horas nocturnas, puede estimular la aparición de la sensación hipnótica. Es esta condición, la conocida comúnmente como síndrome de la línea blanca.
En síntesis, la hipnosis de carretera, tiene entre sus principales agentes causantes:
- Conducción en carreteras extensas y monótonas, por largos periodos de tiempo.
- Recorridos habituales por la misma carretera, y de forma rutinaria.
- Conducción en recorridos largos, especialmente durante el transcurso de la noche.
- Presencia de puntos brillantes, luminosos o llamativos, como focos de atención, especialmente en caminos rectos y largos.
- Somnolencia o agotamiento en el conductor.
- Fatiga física reducida.
- Conducción automática.
¿Qué peligros puede traer la hipnosis de carretera?
Los peligros a los que conlleva esta situación tan común, son innegables, debido a que, con mucha probabilidad, puede afectar la capacidad, así como el tiempo de reacción de quien maneja. Muchos conductores, a razón de su agotamiento, y especialmente durante las noches, pueden ser propensos a olvidar el trayecto de retorno a sus casas, por sólo citar un ejemplo.
Así, y a pesar de que la persona que lleva el volante del coche en sus manos, hace lo que debe, gracias al patrón de conducción, en realidad no tiene conciencia plena de que está manejando.
Por otra parte, en el caso de que surja la denominada fiebre de la línea blanca, el conductor no es capaz de recordar haber hecho una maniobra determinada, o haber transitado por algún lugar en específico. Eso sucede por ejemplo cuando una persona con hipnosis de carretera, obra sin conciencia total, al menos hasta que su trance se interrumpe por algún agente externo como, por ejemplo, una alarma, una llamada telefónica o un obstáculo en el camino.
Es importante destacar que, para algunos estudiosos del tema, la hipnosis de carretera se trata de un estado de relajación de la mente. Bajo este enfoque, y ante la circunstancia de que surja una emergencia o un hecho inesperado, el conductor desde su subconsciente, estaría en capacidad de reaccionar con la rapidez que dicha situación exija.
Ahora bien, otros especialistas plantean por el contrario que en dicho estado de hipnosis, la reacción del conductor ante la ocurrencia de una contingencia, podría ser más lenta y, en consecuencia, desafortunada ante el hecho.
Sobre esto último, tal y como se puede comprender con facilidad, un siniestro vial puede representar un gran peligro, no sólo para la seguridad y la vida del conductor, sino también para sus pasajeros, la vía, y para todos aquellos que estén transitando por ésta. De cualquier manera, la realidad es que nunca sobran las acciones que se puedan tomar para evitar accidentes de tráfico. Entre otras cosas, esto significa que tomemos todas las previsiones necesarias para impedir que suframos hipnosis de carretera.
¿Cómo se puede evitar sufrir hipnosis de carretera?
En primer lugar, el descanso previo es esencial antes de manejar. Por este motivo, es recomendable no conducir si se tiene sueño o fatiga. Lo mejor, antes de iniciar un viaje largo y agotador, es dormir de manera adecuada, por lo menos, siete u ocho horas. Asimismo, es necesario procurar una buena hidratación, ya que ésta contribuye a disminuir la fatiga. Un envase con agua siempre será un buen acompañante para todo conductor.
En todo viaje, cuyo recorrido sea muy extenso, se recomienda hacer paradas de descanso, bien sea cada dos horas o cada 200 kilómetros transitados. Cada una de estas paradas contribuye a que el conductor reponga sus fuerzas, y asimismo, aminora el carácter rutinario e incluso monótono del viaje.
Bajo ninguna circunstancia el conductor debe fijar la mirada en un único punto, y muy particularmente, si se trata de viajes hechos a través de vías con distancias largas, rectas y además aburridas. Para evitar esto, se sugiere mover la cabeza, con la mira puesta en diferentes puntos del camino; observando la carretera y al tráfico circundante.
También puede ayudar, fijar la concentración en cosas distintas a lo común y recurrente, así como colocar la mirada en diferentes detalles como, por ejemplo, en los vehículos que circulan delante, en el retrovisor del coche, en los avisos publicitarios, y en las demás señales presentes a lo largo de la vía.
Es importante tener claro, que a pesar de que una carretera pueda resultar aburrida, no se debe caer en la tentación de recorrerla con exceso de velocidad. No hay duda de que esto último, incrementa de manera considerable los riesgos de sufrir accidentes de tráfico, y asimismo, puede limitar la capacidad de reacción del conductor, en caso de que suceda cualquier contingencia.
Por otra parte, siempre y cuando sea posible, es recomendable usar vías diferentes o alternas, que conduzcan a los lugares que más frecuentamos como, por ejemplo, el sitio donde se trabaja o el centro educativo de los niños.
Relación entre hipnosis de carretera y accidentes de tráfico
La hipnosis de carretera puede considerarse como la causa de muchos accidentes de tráfico. Esto se debe fundamentalmente a que el lapso de tiempo, aunque sea breve, que puede tomarle a un conductor salir del trance en que está sumergido, y lograr reconocer el peligro, puede imposibilitar que frene a tiempo, por ejemplo.
La realización de viajes largos y de manera frecuente, así como el recorrido de la misma vía de forma habitual, bajo situaciones de estrés o cansancio físico y mental, debe ir acompañada de las previsiones correspondientes, así como de la consideración de las recomendaciones antes señaladas.
Tan importante como esto es mantener vigente la póliza de seguro del vehículo. De esta manera, se podrá, si es necesario, recibir asistencia sanitaria, ante cualquier incidente de tráfico, así como presentar cualquier reclamo por el accidente de tráfico si se llega a requerir.
Otro elemento de gran utilidad y por tanto muy recomendable, es ponerse en contacto con asesores legales especializados, con experiencia en la atención de incidentes de esta naturaleza, así como con capacidad comprobada para instruirle en cuanto a temas tan relevantes como las indemnizaciones por accidente de tráfico, y otros aspectos relacionados.
Así mismo, todo incidente de tráfico vinculado a lesiones o traumas, exige que la víctima conozca sus opciones de asistencia médica.
Cien años de historia
Fue en el año 1921 cuando primera el fenómeno de la hipnosis de la carretera fue reconocido y documentado, apareciendo publicado un artículo sobre el tema, bajo el término “hipnotismo de carretera”. En dicho texto, el fenómeno era descrito como la conducción ejecutada en medio de un estado de trance, y durante el cual, el conductor del vehículo maneja como autómata; no consciente y, además, concentrado en un punto específico de la vía.
Ocho años más tarde, en el mes de junio de 1929, otro estudio con la autoría de Walter Miles, de título: “Sleeping With The Eyes Open”, y publicado en la revista Scientific American, profundizó en los conocimientos sobre esta condición mental. Para mediados del siglo XX, en Estados Unidos, sucedieron varios accidentes de tráfico, los cuales no contaron con alguna explicación satisfactoria, razón por la cual este fenómeno fue señalado como el origen de estos siniestros.
No obstante, sólo fue hasta 1963, cuando G. W. Williams, acuñó el término “hipnosis de carretera” (highway hipnosis). En esta oportunidad, la condición fue definida como un estado alterado de la consciencia el cual, además, puede desarrollar disociación hipnótica, conducente a dos niveles de consciencia paralelos: aquella que conduce y otra, enfocada en otras cuestiones.
Preguntas frecuentes
A pesar de que la hipnosis de carretera, está presente con cierta frecuencia entre los conductores de vehículos, continúa siendo un concepto poco conocido, especialmente entre el común de los ciudadanos.
Sin embargo, el entendimiento de su origen y causas, es de mucho provecho para que los conductores fortalezcan sus habilidades y destrezas en el manejo de sus vehículos, y en virtud de esto, reduzcan de manera considerable, las probabilidades de sufrir un incidente de tráfico.
En los párrafos anteriores se ha ofrecido información sobre los aspectos primordiales que se deben conocer acerca de la hipnosis de carretera. Para más detalle se presentan continuación algunas interrogantes que los conductores hacen con mayor frecuencia, con sus correspondientes respuestas.
¿Qué lapso máximo de tiempo se puede conducir de manera segura y sin parar?
Para evitar el cansancio y especialmente que pueda presentarse la hipnosis de carretera, es recomendable hacer paradas para descansar cada 200 kilómetros o cada dos horas de viaje. Estas paradas para comer, ir al sanitario, estirar las piernas y recuperar las fuerzas, contribuyen a reducir la rutina propia y hasta monótona del trayecto.
Hipnosis de carretera ¿Se puede hacer algo para evitar sufrirla?
La respuesta es sí. En primer lugar, se debe evitar de cualquier modo, manejar somnoliento o fatigado; evitar, en la medida en que sea posible, conducir por vías rutinarias y/o monótonas, y en el caso, de que sea necesario hacerlo, se debe procurar mantenerse activo, evitando fijar la mirada en un único punto.
De igual manera, se recomienda evitar recorridos largos durante la noche. Asimismo, se sugiere variar las rutas utilizadas, especialmente si se trata de viajes rutinarios o habituales.
¿El riesgo de padecer hipnosis de carretera aumenta con la velocidad del vehículo?
No existe una relación directa entre la hipnosis de carretera y el exceso de velocidad, sin embargo, vale recodar que esta condición se presenta, por lo general, al manejar por vías largas y aburridas, en las que hay una marcada tendencia a aumentar la velocidad del coche.
Está claro que conducir a alta velocidad, y bajo los efectos de la fiebre de la línea blanca, puede afectar la capacidad de reacción del conductor, en caso de que se enfrente a alguna contingencia.
¿Conducir con cambios reduce las posibilidades de sufrir hipnosis de carretera?
La conducción de un vehículo con cambios exige mayor concentración y en esta medida, conlleva a que el conductor esté más activo y concentrado en el cambio de las velocidades y en el camino. En consecuencia, esta dinámica podría reducir la posibilidad de sufrir hipnosis de carretera.
Es importante tener en cuenta sin embargo que la experiencia del conductor siempre puede dirigirlo a la automaticidad durante el recorrido, razón por la cual, es necesario mantenerse en alerta frente al volante.
¿La hipnosis de carretera es más frecuente mientras se conduce de día o de noche?
Si bien no se cuenta con estudios estadísticos formales que den prueba de ello, se piensa que existe una mayor probabilidad de sufrir hipnosis de carretera en las noches. La ausencia de visibilidad de las líneas, así como el ambiente nocturno, estimularían la aparición de la sensación de hipnosis lo que, además, puede conllevar a padecer la fiebre de la línea blanca.